En Lima, tres de cada cuatro trabajadores del sector privado experimentan niveles moderados de desgaste ocupacional, mientras que casi la mitad muestra habilidades comunicativas deficientes. Así lo revela una reciente investigación realizada por el médico especialista Wilder Zuñiga-Alcántara, quien halló una relación directa entre el cansancio emocional y la forma en que las personas se comunican en sus centros de trabajo.
El estudio, publicado en la Revista Peruana de Ciencias de la Salud de la Universidad de Huánuco, evaluó a 128 trabajadores de una empresa privada en Lima durante el año 2025. Los resultados muestran que quienes presentan más agotamiento también tienden a tener más dificultades para expresar sus ideas, escuchar a sus compañeros o mantener interacciones efectivas.

De acuerdo con los datos, el 75,8 % de los empleados presenta un nivel moderado de desgaste laboral, caracterizado por agotamiento físico, desmotivación y cierta indiferencia en el trato con otros. Por otro lado, el 45,3 % evidenció bajos niveles de habilidades comunicativas, lo que puede traducirse en problemas de trabajo en equipo, malentendidos o conflictos innecesarios.
“La investigación demuestra que cuanto más desgastado se encuentra un trabajador, menos capacitado está para comunicarse adecuadamente”, explicó Zuñiga-Alcántara. Esta relación fue confirmada a través de análisis estadísticos, donde se encontró una fuerte correlación entre ambas variables.
El impacto no es menor. Las dificultades en la comunicación afectan la productividad, la calidad del clima laboral y la salud emocional de los empleados. El autor destaca que habilidades como la empatía, la comunicación informativa, el respeto y las habilidades sociales son esenciales para mitigar el estrés y mejorar el ambiente laboral.
Aunque el estudio se centró en una sola empresa, sus hallazgos invitan a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer las capacidades comunicativas dentro de las organizaciones. “No se trata solo de reducir el estrés, sino de capacitar a las personas para que puedan expresarse mejor, resolver conflictos y generar relaciones más saludables en el trabajo”, agrega el investigador.
Como parte de sus recomendaciones, Zuñiga-Alcántara sugiere implementar programas de formación en comunicación interpersonal, así como dinámicas grupales para fomentar la escucha activa, la expresión emocional y el respeto mutuo.
El estudio concluye que entender y abordar el desgaste ocupacional no solo es una cuestión de salud laboral, sino también una oportunidad para transformar la forma en que nos relacionamos y trabajamos juntos en las organizaciones.
Para mayor información revise el artículo de investigación a través del siguiente enlace:
https://revistas.udh.edu.pe/index.php/RPCS/article/view/704