DETERMINANTES SOCIALES QUE CONDICIONAN LA ACTIVIDAD SEXUAL PRECOZ DE LOS ADOLESCENTES

POR:
POR MARIO MALPARTIDA MENDOZA

La adolescencia, etapa de la vida entre los 10 y 19 años, merece especial atención, por ser un período en el que no se ha alcanzado la madurez física, cognoscitiva ni emocional, capaz de responsabilizarse de sus actos y sus consecuencias, de modo que, al tener relaciones sexuales sin haber recibido información adecuada de salud reproductiva, la inadecuada comunicación con sus padres, la violencia y las infecciones de transmisión sexual (ITS), terminan resultando un riesgo para su salud. Estudios realizados en América Latina reflejan la prevalencia de actividad sexual, siendo la edad promedio de inicio en 15 años para el 52,8 %. En “Chile los adolescentes inician su actividad sexual a una edad promedio entre 15,7 y 16,3 años para los varones, y entre 15,5 y 17,1 años, para las mujeres”. En el Perú los resultados oscilan entre los 14 y 16 años.

La gran mayoría de los estudiantes no busca información sobre la sexualidad o creen saberlo todo sin ser conscientes de los riesgos. Viven el presente, de tal modo que usan el condón, “a veces sí y a veces no”. Esta situación conduce a embarazos en la adolescencia, lo cual es un riesgo en la salud, tanto para la joven madre como para el/la recién nacido/a, incluyendo los riesgos del aborto, como también la frustración en los estudios o en el trabajo. Los determinantes personales con la edad como indicador de mayor fuerza que explica el inicio de la actividad sexual, varían de una cultura a otra y se encuentran relacionados con factores ambientales y socio culturales.

El consumo de bebidas alcohólicas es una conducta que, por diversos motivos, realizan para sentirse alegres, seguros, en familiaridad, facilitando la interacción grupal. Agréguesele a ello, las particularidades propias de la edad como la de conocer y experimentar nuevas sensaciones, y se encontrará un ambiente que favorecerá el inicio de la vida sexual del adolescente. Para contrarrestar, es determinante el aspecto familiar y la educación de los padres, que deberán aplicar una comunicación positiva, afecto y comunicación abierta, en temas de sexualidad.

La Organización Mundial de la Salud exhorta: garantizar el acceso a servicios de salud apropiados y orientados al adolescente” y tengan las consideraciones básicas para otorgar un servicio “amigable”, por lo tanto “brindar una atención a sus necesidades específicas. El Ministerio de Educación no cuenta actualmente con datos a los que este estudio se orienta, serían de gran beneficio y reorientación de las políticas públicas para los adolescentes presentes y futuros. El propósito de la investigación realizada por Sonia Benita Fernández Tapia, es analizar los determinantes sociales que condicionan la actividad sexual precoz en los adolescentes.

El diseño de la Investigación es de tipo cuantitativo, descriptivo, con corte explicativo y transversal, realizada en las instituciones educativas secundarias públicas de la ciudad de Puno.  En el estudio participaron todos los adolescentes del quinto año de secundaria de cinco instituciones educativas secundarias, con edades entre los 14 y los 18 años. Con una población de 745 estudiantes, se utilizó la técnica de muestreo aleatorio simple con un nivel de confianza del 95 % y un error de estimación del 5 % de la cual se obtuvo una muestra de 254 adolescentes.

Los criterios de Inclusión fueron: todos los adolescentes comprendidos entre las edades de 10 y 19 años que posean la información de las variables de interés. Los criterios de exclusión, por su parte, fueron: aquellos estudiantes que están en la etapa joven y adulta. La técnica empleada fue la encuesta y, el instrumento, un cuestionario.

Los resultados de este estudio confirman que un determinante personal como la edad es una variable significativa que explica el inicio de la actividad sexual. Los adolescentes refieren haber iniciado su actividad sexual desde los 13 a los17 años. Respecto al uso de métodos anticonceptivos se observa que muchos de ellos no responden, relacionándose a un regular conocimiento en educación sexual. En cuanto al reconocimiento de infecciones de transmisión sexual en la mujer, el resultado es de moderado a poco conocimiento y en el varón es de poco a moderado conocimiento; observándose que la mayoría de los adolescentes no tienen la información sobre los signos y síntomas de la infección de transmisión sexual, por lo que buscarán atención oportuna y podrían enfrentarse a inflamaciones pélvicas crónicas, diseminación de verrugas genitales, cáncer cérvico uterino hasta infertilidad.

En estudios realizados se observa que los adolescentes que no reciben afecto y cuidado por parte de sus padres, prefieren salir de su domicilio y, posteriormente, se exponen a conductas de riesgo. En el contexto social, la comunicación con los amigos sobre temas de sexualidad y la curiosidad de experimentar las relaciones sexuales se asocian significativamente con el inicio de la actividad sexual precoz.

Respecto al acceso a los servicios de salud al adolescente, los estudiantes no acuden a los mismos, las malas experiencias y el maltrato en la atención recibida son un condicionante negativo y, como resultado, no concurren a solicitar los servicios diferenciados para adolescentes.

Finalmente se concluye que los determinantes personales que condicionan la actividad sexual de los adolescentes constituyen un riesgo en su salud. El desempeño de la familia es el vínculo vital, así como el apoyo y el afecto que favorecen el desarrollo integral de la persona junto a la influencia de los amigos en la toma de decisiones y los medios de comunicación. A estos se suman la no asistencia a los servicios de salud que condicionan, todos ellos, el inicio de la actividad sexual de los adolescentes.

Para mayor información de este artículo de investigación, ingresar al siguiente enlace.

http://revistas.udh.edu.pe/index.php/RPCS/article/view/194e/65

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