Un estudio realizado por Brigitte Danyeli Macas Ordoñez, Walter Patrício Castelo-Rivas, Nayeli González-Arellano, María José Castro Vásquez y Tania Narcisa Castro Vásquez ha revelado que la funcionalidad familiar juega un papel crucial en la salud mental de los adultos mayores en Santo Domingo de los Colorados, Ecuador. Los resultados indican que la disfunción familiar está directamente relacionada con el aumento de casos de estrés, ansiedad y depresión en este grupo etario, lo que subraya la importancia de un entorno familiar saludable para el bienestar emocional de las personas de la tercera edad.
El estudio, que incluyó a 384 adultos mayores, identificó que aquellos que viven en familias disfuncionales tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales. Los investigadores utilizaron la escala de ansiedad, depresión y estrés (DASS-21) junto con el cuestionario APGAR familiar para evaluar la funcionalidad familiar y su impacto en la salud mental.
De los participantes, el 67% que vivían en familias funcionales no presentaban estrés significativo, mientras que el 51% no experimentaba ansiedad y el 66% no sufría de depresión. Sin embargo, en los hogares con menor cohesión familiar, se observaron mayores niveles de estas afecciones.
A pesar de que la mayoría de los encuestados reportaron vivir en entornos familiares funcionales, la ansiedad sigue siendo un problema prevalente, afectando al 41,2% de los adultos mayores. Además, el 25,7% de los participantes mostró signos de estrés, y el 26% sufrió de depresión. Estos hallazgos resaltan la necesidad de apoyo y programas dirigidos a mejorar la salud mental de los ancianos, especialmente en contextos donde la estructura familiar puede estar debilitada.
El estudio también reveló que las mujeres mayores son más propensas a experimentar estrés, ansiedad y depresión que los hombres. Esto se atribuye, en parte, a que muchas mujeres mayores continúan con responsabilidades domésticas o el cuidado de nietos, lo que limita su capacidad para disfrutar de una vejez tranquila. Estos resultados son consistentes con investigaciones previas que destacan las vulnerabilidades de las mujeres mayores frente a las afecciones mentales.
La investigación concluye que un mayor apoyo familiar reduce significativamente los riesgos de estrés, ansiedad y depresión en los adultos mayores. Estos hallazgos destacan la necesidad de fortalecer las estructuras familiares y desarrollar programas de intervención que promuevan la salud mental en este grupo vulnerable. Además, el estudio subraya la importancia de políticas públicas que apoyen a los adultos mayores, especialmente en comunidades donde la cohesión familiar puede estar en riesgo.
Este estudio proporciona una base sólida para futuras investigaciones y para la implementación de estrategias de apoyo a la salud mental en los adultos mayores, un tema cada vez más relevante en el contexto del envejecimiento poblacional en América Latina.
Para mayor información revise el artículo de investigación a través del siguiente enlace:
http://revistas.udh.edu.pe/index.php/RPCS/article/view/466