Por Carlos Meléndez
Moungi G. Bawendi, Louis E. Brus y Alexei I. Ekimov, los científicos detrás de la tecnología que cambió la luz y la medicina
La Real Academia Sueca de Ciencias anunció el miércoles 4 de octubre que el Premio Nobel de Química 2023 ha sido otorgado a los científicos Moungi G. Bawendi, Louis E. Brus y Alexei I. Ekimov, cuyas innovadoras investigaciones sobre puntos cuánticos han iluminado no solo nuestras pantallas, sino también un camino hacia un futuro más brillante en campos tan diversos como la electrónica, la iluminación y la medicina.
Los puntos cuánticos, minúsculos cristales semiconductoras que miden solo unos pocos nanómetros, han revolucionado nuestras tecnologías visuales y terapéuticas, ofreciendo desde colores más vivos y auténticos en las pantallas LED de televisores y dispositivos, hasta la posibilidad de localizar y atacar tumores en procedimientos médicos con una precisión sin precedentes.
Louis E. Brus, mientras se encontraba en los laboratorios de Bell, y Alexei I. Ekimov, en un instituto en Rusia, independientemente descubrieron los puntos cuánticos en los años 80, iniciando un viaje hacia un entendimiento más profundo de estas partículas cuánticas. Brus logró identificar y estudiar los puntos cuánticos hechos a base de compuestos de seleniuro de cadmio, mientras que Ekimov exploraba los cristales semiconductores a base de elementos de la tierra rara.
Moungi G. Bawendi, por otro lado, avanzó la tecnología al desarrollar técnicas para la síntesis de puntos cuánticos de alta calidad y uniformes en el MIT, una etapa esencial para el progreso y la aplicación práctica de estos cristales nanoscópicos.
Estos componentes han desbloqueado un arco iris de colores para la tecnología de pantalla, permitiendo una reproducción de color sin igual que ha elevado la experiencia visual en diversas plataformas, desde smartphones hasta televisores de pantalla gigante.
Pero más allá del espectro visible, los puntos cuánticos también están guiando a los médicos en la lucha contra el cáncer. Gracias a su capacidad para adherirse a ciertas células y emitir luz, los cirujanos pueden utilizarlos para identificar y erradicar tumores con una precisión milimétrica, reduciendo el riesgo de daño a los tejidos circundantes y aumentando las posibilidades de éxito en los procedimientos oncológicos.
La capacidad de los puntos cuánticos para localizar y marcar tumores, e incluso suministrar fármacos directamente a las células cancerosas, los convierte en herramientas poderosas en la continua batalla contra la enfermedad, y brinda esperanza para terapias más efectivas y menos invasivas en el futuro.
Los hallazgos y desarrollos de Bawendi, Brus y Ekimov han ido mucho más allá de los laboratorios, permeando nuestras vidas diarias y prometiendo un futuro donde las tecnologías son no solo más avanzadas, sino también más amigables con el usuario y más conscientes de la salud humana y del entorno.
Con aplicaciones que van desde la biomedicina hasta la tecnología de consumidores y más allá, los puntos cuánticos representan la confluencia entre la ciencia de materiales y la tecnología, un espacio donde el control preciso de la materia a escalas atómicas y moleculares produce innovaciones que tienen el potencial de transformar la sociedad.
El Premio Nobel de Química 2023 honra, así, no solo a tres investigadores extraordinarios, sino también a una tecnología que, en sus muchas aplicaciones, ha cambiado y seguirá cambiando el mundo en formas que apenas comenzamos a explorar. La luz de los puntos cuánticos continúa brillando, guiándonos hacia un futuro lleno de colores más vibrantes, diagnósticos médicos más precisos y terapias oncológicas más efectivas.
Para obtener más información, consulte el enlace a continuación:
https://www.nobelprize.org/prizes/chemistry/2023/press-release/