No cabe duda que Móviles, tablets, ordenadores, consolas… tienen muchísimas ventajas si se utilizan bien. En la publicación de la página de The Conversation, habla sobre las noticias inquietantes, sobre el uso –y también abuso–por parte de niños y adolescentes. Una consecuencia negativa del uso de pantallas es, entre otras, que afecta al tiempo que los niños dedican a dormir. Esta preocupación por el sueño sobrepasa nuestras fronteras. Recientemente, la National Sleep Foundation de Estados Unidos solicitó un panel de 16 expertos en sueño y ritmos circadianos que evaluasen la bibliografía existente desde el año 2007 hasta la actualidad sobre el uso de las pantallas y su repercusión en el sueño de los niños. Lo interesante de este estudio es que no solo tenían en cuenta el efecto del propio uso de la pantalla, sino también el tipo de luz que emitían los dispositivos utilizados, así como las posibles estrategias de intervención.
Las conclusiones indican que la exposición prolongada a las pantallas de los dispositivos, especialmente antes de dormir, tiene como consecuencia un sueño de menor duración, de peor calidad, y a horas más tardías en el caso de los adolescentes. Aunque se han publicado varios estudios de impacto en los que al menos parte del efecto pernicioso de las pantallas sobre el sueño se debe a la luz azul que emiten los dispositivos , a día de hoy, las pruebas del efecto de la luz azul emitidas por las pantallas no son tan claras como las del propio uso de las pantallas.

Otros autores culpan específicamente a los smartphones y las redes sociales, además de al gaming durante la noche, de la disminución del tiempo y de la calidad del sueño. En cambio, parece ser que elementos más pasivos como la televisión no son tan perjudiciales , aunque hay que tener en cuenta que los jóvenes cada vez ven menos televisión. La buena noticia es que nuestros hábitos pueden atenuar estos efectos negativos. La exposición a luz durante el día mejora el descanso nocturno. De ahí que aumente la actividad física y jugar en el exterior mejore el sueño de los preescolares y de los niños pequeños. En ese sentido, la colaboración de los padres es fundamental.
Este artículo fue publicado en la página de THE CONVERSATION, el 26 de febrero del presente año.
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