En la página de THE CONVERTATION, la Profesora de Geometría y Topología, de la Universidad de Zaragoza, escribe que antes de definir el metro, para medir los cuerpos se establecían proporciones entre sus diferentes partes utilizando alguna como referencia. La unidad de medida por excelencia para el cuerpo humano es la cabeza. Existen referencias a estas ideas en esculturas de la Grecia clásica, como en la Venus de Milo (siglo II a.C.) con proporción de 8 cabezas. .
A partir de las minuciosas descripciones del arquitecto romano Marco Vitruvio en su libro De Architectura, por ejemplo: “el rostro, desde la barbilla hasta la parte más alta de la frente, mide una décima parte de su altura total”. Y también: “La cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, una octava parte del cuerpo”. Del mentón hasta la base de la nariz, mide una tercera parte del rostro, y a la frente le corresponde otra tercera parte. En cuanto al pie, “equivale a una sexta parte de la altura del cuerpo; el codo, a una cuarta parte, y el pecho a una cuarta parte”. Finalmente, el ombligo es “el punto central natural del cuerpo humano”. En el hombre de Vitruvio, el cuerpo es simétrico. Trazando una línea recta desde la cabeza, pasando por nariz y ombligo, queda dividido en dos mitades en simetría especular. Pero, aunque lo parecen, en realidad estas dos mitades no son idénticas: no mide lo mismo nuestro brazo derecho que el izquierdo, ni tenemos los ojos colocados a la misma distancia de la nariz.
En el interior de nuestro cuerpo hay muchas matemáticas que tienen que ver con el tamaño. Por ejemplo, todos nuestros vasos sanguíneos colocados en línea medirían unos 100 000 kilómetros. ¿Cómo podemos almacenar toda esa cantidad de venas y arterias en nuestro interior? La respuesta la tienen los fractales. La red arterial se ramifica en millones de vasos que se subdividen hasta su mínima expresión, alcanzando todas las células y llegando hasta 30 niveles de divisiones.
Todo lo anterior está referido a la geometría, rama matemática para la que el tamaño importa. Sin embargo, existe una disciplina dentro de las matemáticas para la cual el tamaño o medidas no son relevantes y que estudia propiedades de los objetos que se preservan con independencia del tamaño o forma del objeto: la topología. Podemos poner ejemplos sencillos en nuestros cuerpos. Una cicatriz en nuestra piel se preserva, aunque engordemos, adelgacemos o pasen los años. O los piercings: un agujero en nuestra piel se mantiene eternamente. O los hermanos siameses que nacen unidos: esa unión se preserva, aunque haya otros cambios en sus cuerpos.
Este artículo fue publicado en la página de THE CONVERSATION el 5 de mayo del presente año.
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https://theconversation.com/las-medidas-del-cuerpo-humano-perfecto-segun-las-matematicas-228045