LONCHERAS SALUDABLES. HÁBITOS ALIMENTARIOS Y  ESTADO NUTRICIONAL DE LOS ESTUDIANTES DE UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA DE HUÁNUCO

POR:
POR MARIO MALPARTIDA MENDOZA

La desnutrición infantil tiene repercusiones físicas y congnitivas, razón por la que, a nivel nacional, se han producido mejoras relacionadas con la desnutrición crónica en menores de cinco años.  Por otro lado, el exceso de peso comienza a presentar un incremento sostenido, incluso en edades muy tempranas, con sus repercusiones en la edad adulta.

La falta de vigilancia con respecto a lo que comen los niños durante el día, en el colegio, puede hacer que los escolares adquieran alguna enfermedad crónica por no tener un buen complemento alimentario. Esto provocaría consecuencias nocivas en la salud y, por ende, en su estado nutricional.

En los últimos años, a nivel mundial, se ha incrementado la obesidad infantil y, con ello, el riesgo de desarrollar varias enfermedades como las cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, cáncer, con el riesgo de llegar hasta la muerte prematura.

Los padres juegan un rol importante en el desarrollo de los hábitos alimentarios de los hijos ya que son ellos los responsables de preparar la lonchera. Esta va a variar, dependiendo de la educación, el nivel socioeconómico, sus preferencias. Son ellos los que controlan la disponibilidad, accesibilidad y exposición a los alimentos. Lamentablemente muchas de esas loncheras no cumplen con los requisitos de calidad nutricional que recomiendan los especialistas.

Al contar con pocos estudios a nivel local sobre los hábitos alimentarios y el estado nutricional, la investigadora Gladys Rodríguez de Lombardi, realizo un estudio cuyo objetivo fue el de determinar el efecto del programa Loncheras Saludables en los hábitos alimentarios y el estado nutricional de los estudiantes del nivel primaria, del colegio San Vicente de la Barquera de la ciudad de Huánuco.

Para la investigación se realizó un estudio cuantitativo, la muestra estaba conformada por 179 estudiantes, del cuarto al sexto grado de primaria del colegio mencionado. La técnica utilizada fue la observación y la entrevista.

El estudio demostró que, en función a los hábitos alimentarios que son los que direccionan el consumo alimentario antes de la intervención educativa, el 68,3% de escolares tuvieron hábitos inadecuados; después de la intervención educativa, bajó al 43,6 %, habiéndose encontrado una reducción de 24,7 puntos porcentuales, con una mejora de 25,1 %.

La preocupación de los padres debe ser constante. Una adecuada alimentación de los niños con nutrientes suficientes en cantidad y calidad, pueden asegurar un rendimiento escolar óptimo.

Mayor información de este artículo de investigación en el siguiente enlace.

http://revistas.udh.edu.pe/index.php/RPCS/article/view/25e/110

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