POR MARIO MALPARTIDA MENDOZA
Las dietas ricas en alimentos ultraprocesados están relacionadas con una mayor morbilidad y mortalidad. Aunque muchos de estos alimentos (refrescos, caramelos, barritas energéticas, yogures, pizzas y comidas congeladas) pueden satisfacer determinados antojos, nuevas investigaciones sugieren que estos alimentos son perjudiciales para el cerebro, ya que afectan al estado de ánimo y a la cognición.
Esta publicación de la National Geographic menciona que según algunas investigaciones, las dietas ricas en estos alimentos están relacionadas con la depresión y ansiedad. Se afirma que el riesgo aumentaba con sólo consumir un 33 por ciento de calorías procedentes de alimentos ultraprocesados. Otro estudio realizado en Brasil, en el que se hizo un seguimiento a 10 775 personas, descubrió que ingerir sólo el 20% de las calorías procedentes de estos alimentos estaba relacionado con un índice de deterioro cognitivo un 28% más rápido que el de las personas que comían menos alimentos procesados. Un seguimiento que se hizo a cerca de medio millón de personas que vivían en Inglaterra, Escocia y Gales (Reino Unido), descubrió que por cada 10 por ciento de aumento en los alimentos ultraprocesados, el riesgo de demencia subía un 25 por ciento.
Melissa M. Lane, investigadora, afirma que consumir grandes cantidades de alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de aparición de depresión en el futuro. Es bien sabido que consumir demasiada sal, azúcar y/o grasas saturadas está relacionado con la inflamación crónica, la hipertensión, la hiperglucemia, las cardiopatías y la diabetes de tipo 2. Todas estas afecciones afectan al cerebro aumentando el riesgo de demencia vascular. Aditivos como ciertos edulcorantes artificiales y el glutamato monosódico, también pueden interferir en la producción y liberación de sustancias químicas cerebrales como la dopamina, la norepinefrina y la serotonina, que pueden afectar negativamente al bienestar mental y emocional. Además de ello, pueden crear adicción, según corrobora Ashley Gearhardt, profesora de psicología de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).
Los humanos hemos evolucionado para responder a los alimentos dulces, grasos y ricos en calorías. Durante la mayor parte de la existencia humana esto nos ayudó a sobrevivir. Pero en la naturaleza, los alimentos sólo tienen un contenido modesto de azúcar (como las bayas) o de grasa (como los frutos secos). «No se encuentran alimentos ricos en azúcar y grasa a la vez», dice Gearhardt. «Ese es el sello distintivo de los alimentos ultraprocesados. Si añadimos sal, saborizantes artificiales y colores brillantes, nuestro cerebro simplemente pierde el control sobre estos alimentos».
Los alimentos procesados pueden ser saludables, pero son los ultraprocesados los que están relacionados con la mala salud. Los alimentos ultraprocesados utilizan ingredientes que no se encuentran en la cocina de casa. Incluyen productos como refrescos, caramelos, galletas, pasteles, barritas energéticas, yogur con sabor a fruta, barritas y batidos sustitutivos de comidas, perritos calientes, muchos tipos de panes y cereales envasados y comidas congeladas. Suelen tener un alto contenido en grasa, azúcar y/o sodio, y suelen estar enriquecidos con aromatizantes, colorantes, edulcorantes artificiales y/u otros aditivos.
Una dieta rica en alimentos ultraprocesados podría dañar tu cerebro por razones similares a las que relacionan estas dietas con un montón de otras enfermedades crónicas. Suelen tener muchas calorías; por ejemplo, un Burger King, equivale a casi la cantidad diaria de calorías recomendada para un día. Las dietas hipercalóricas pueden conducir a la obesidad, que está relacionada con la depresión. Una de las razones podría ser que las células grasas se vuelven disfuncionales y liberan moléculas inflamatorias, que son desencadenantes de la depresión, la ansiedad y la demencia.
Como estos alimentos suelen ser muy sabrosos, entre el 14 y el 20 por ciento de los adultos y entre el 12 y el 15 por ciento de los niños y adolescentes son adictos a este tipo de comidas, según las investigaciones realizadas.
Los adultos estadounidenses ingieren alrededor del 57% de las calorías procedentes de alimentos ultraprocesados; los niños y adolescentes, un 67%, según la última Encuesta de Salud y Nutrición del Gobierno, representativa a escala nacional. Esta encuesta también revela que los estadounidenses de todos los niveles de educación e ingresos superan la marca del 50 por ciento de calorías procedentes de alimentos ultraprocesados.
Para reducir la cantidad de ese tipo de alimentos, el primer paso, dice Gearhardt, es «tratarse a uno mismo con compasión. No es culpa tuya, estás en un entorno diseñado para hacerte adicto». Esfuérzate por hacer tres comidas, esta comindas regulares evitan que tengas demasiada hambre.
Leung también sugiere que los padres conciencien a los niños de cómo los departamentos de marketing de las empresas alimentarias intentan engañarlos para que compren ciertos productos ultraprocesados, y de las consecuencias de consumirlos.
Este artículo de investigación fue publicado en la página de la National Geographic el 23 de noviembre del 2023.
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