En Cali, una ciudad colombiana con altos índices de tuberculosis (TB), un estudio reciente reveló serias falencias en la gestión operativa del plan de control de infecciones (PCI) en hospitales y centros de salud. Aunque existe un plan desde 2016, la mayoría de las instituciones no cumple con las medidas clave para frenar la propagación de esta enfermedad.
Según la investigación liderada por Juan Santiago Serna-Trejos y su equipo del Instituto Nacional de Salud, el 65% de las instituciones evaluadas no contaba con un plan escrito de control de infecciones ni realizaba evaluaciones de riesgo. Además, el 70% fallaba en las medidas ambientales necesarias para asegurar espacios seguros, como el monitoreo del flujo de aire. En contraste, el uso de mascarillas N95 por parte del personal sí fue ampliamente adoptado (78%), aunque en muchos casos no se realizaron las pruebas de ajuste necesarias.

La evaluación se realizó en 37 centros de salud entre 2020 y 2022. El estudio detectó que solo un tercio de las instituciones implementa más del 80% de las medidas recomendadas. Las principales barreras incluyen falta de recursos económicos, poco personal capacitado y debilidades en la supervisión institucional.
Los investigadores proponen mejorar la infraestructura, designar personal técnico en ventilación y garantizar la formación continua del personal de salud. También sugieren establecer sistemas de monitoreo permanente para reducir los contagios.
El problema no es menor: Cali es la segunda ciudad con mayor carga de TB en Colombia y, aunque existe una política municipal desde hace años, la realidad en los hospitales muestra que queda mucho por hacer para proteger tanto a pacientes como a trabajadores de salud.
Para mayor información revise el artículo de investigación a través del siguiente enlace:
https://revistas.udh.edu.pe/index.php/RPCS/article/view/608
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