Cada vez más personas buscan remedios naturales contra las alergias estacionales, como la miel, por ejemplo. Muchas culturas antiguas atribuyeron mitos y magias a las propiedades curativas de esta golosina azucarada, hoy conocida como bálsamo contra el dolor de garganta. Hay muchas otras razones por las que la gente defiende la miel como solución a sus problemas físicos; por ejemplo, muchos suponen que, al proceder de la flora local, puede reforzar el sistema inmunitario contra las alergias.
«En realidad, no hay grandes pruebas que sugieran que la miel local pueda ayudar a combatir las alergias estacionales», afirma Priya Katari, alergóloga e inmunóloga pediátrica de Weill Cornell Medicine (Estados Unidos). Aún así, la miel tiene otros beneficios demostrados para la salud, siempre que se consuma el tipo de miel adecuado. La idea de que la miel puede utilizarse para prevenir las dolencias estacionales procede probablemente del concepto de inmunoterapia, que consiste en introducir cantidades muy pequeñas de un alérgeno durante un periodo prolongado para ayudar al sistema inmunitario a tolerarlo. En teoría, consumir miel para aliviar las alergias parece plausible. Por desgracia, el polen que suele provocar las alergias estacionales es de origen eólico, es decir, procede de los árboles, la hierba o el trigo, mientras que la miel de abeja se elabora a partir del polen recogido de flores de colores vivos, que no contribuyen demasiado a la presencia de alérgenos en el aire. Debido a esta distinción, es poco probable que el polen presente en la miel local provoque tolerancia, afirma Katari.
«La gente realmente quiere un remedio natural para las cosas, pero me gustaría que más gente supiera que los medicamentos que prescribimos para las alergias son generalmente muy seguros, incluso para los niños, y bien tolerados», dice; «a veces, los remedios naturales pueden ser más peligrosos y menos eficaces que los tratamientos que recetamos». A los bebés menores de un año, por ejemplo, no se les debe dar miel, ya que podría contener una bacteria llamada Clostridium que se asocia con el botulismo infantil, que puede causar debilidad muscular y problemas para respirar.
Los beneficios menos conocidos de la miel
Aunque no deberías confiar sólo en la miel para aliviar tus alergias, cada vez hay más interés por sus posibles aplicaciones en la medicina moderna. Ferhat Ozturk, profesor asociado de Instrucción de la Universidad de Texas (Estados Unidos), cuyas investigaciones se centran en el estudio de los beneficios medicinales de la miel, afirma que no es sólo un alimento, sino un nutritivo agente farmacéutico. «A la miel se la consideraba medicina durante miles de años», afirma; «pero con la llegada de los antibióticos y otros medicamentos modernos, la miel se ha dejado de lado desde hace unas décadas». Usada por vía tópica, la miel puede tratar las quemaduras al acelerar la contracción de las heridas, y se ha utilizado como complemento contra las úlceras bucales de los enfermos de cáncer sometidos a quimioterapia.
La mayoría de estos efectos curativos se derivan directamente del potencial antimicrobiano y antioxidante de la miel, afirma Ozturk. Cuando las abejas recolectan el néctar de las plantas, también recogen sustancias químicas que éstas producen para protegerse de los patógenos, compuestos naturales como fenoles, flavonoides y taninos que pueden tener efectos antienvejecimiento, anticancerígenos y antiinflamatorios en el cuerpo humano. «La miel ayuda a nuestro cuerpo a luchar de forma natural con su propio poder», afirma Ozturk. Estas mismas sustancias químicas curativas son la razón por la que las plantas tienden a reducir ciertos incidentes de enfermedades crónicas, como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Una miel en particular (la miel de Manuka de Nueva Zelanda) está considerada como uno de los mejores agentes antimicrobianos de la miel, afirma Scott McArt, profesor asociado de entomología de la Universidad de Cornell (EE. UU.). Esto se debe en parte a los niveles excepcionalmente altos de alcaloides del producto, en concreto uno llamado metilglioxal. Aunque muchas personas consumen esta costosa miel por sus beneficios para la salud, «las pruebas científicas de que el consumo de miel de Manuka con alto contenido en MGO aporta beneficios para la salud humana no son actualmente tan sólidas como sus claros beneficios para el tratamiento de heridas», afirma McArt.
Este artículo de investigación fue publicado en la página de la National Geographic el 22 de mayo del 2024.
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