RECONSTRUCCIÓN REVELA EL ROSTRO DE UNA MUJER DE 10 500 AÑOS EN BÉLGICA

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Un equipo de arqueólogos y paleoartistas del proyecto ROAM de la Universidad de Gante, en colaboración con los gemelos Adrie y Alfons Kennis, ha dado vida al rostro de una mujer que habitó hace aproximadamente 10 500 años el valle del río Mosa, en lo que hoy es Bélgica.

Utilizando escaneos 3D del cráneo encontrado en 1988 en la cueva de Margaux, los científicos reconstruyeron la estructura ósea y aplicaron técnicas forenses para modelar musculatura, piel y detalles faciales. El análisis de ADN antiguo, bien conservado, reveló que tenía ojos azules, cabello oscuro y una tonalidad de piel algo más clara que la de otros europeos mesolíticos, como el emblemático Cheddar Man.

Los restos óseos indican que la mujer tenía entre 35 y 60 años al morir, una edad avanzada para su época. Su cráneo destaca por un puente nasal prominente y arcos superciliares marcados, coincidentes con otros cazadores-recolectores del periodo posglacial.

Este hallazgo desafía la visión tradicional de una Europa mesolítica homogénea en pigmentación. Mientras Cheddar Man combinaba piel oscura y ojos azules, esta mujer presenta una paleta fenotípica más variada, lo que sugiere una mayor diversidad genética entre poblaciones tempranas.

Además, el contexto del hallazgo refuerza la importancia cultural de la cueva de Margaux: enterrada junto a otras mujeres y cubierta con fragmentos de piedra y ocre, el sitio parece haber servido como espacio simbólico recurrente para estas comunidades nómadas.

La reconstrucción no se limita al rostro: se elaboraron escenas digitales basadas en herramientas de piedra, restos de pesca y pigmentos hallados en la región, recreando su ambiente de caza y recolección en plena campaña.

A partir de septiembre, la escultura facial estará por diversos museos belgas como parte de una exposición itinerante, mientras se invita al público a votar por su nombre: Margo, Freyà o Mos’anne.

Esta reconstrucción representa un hito en arqueogenética y arte forense: no solo nos permite contemplar a una mujer mesolítica avanzada en edad, sino que también revela la complejidad genética, cultural y simbólica de sociedades aparentemente homogéneas. La «mujer de Margaux» emerge, entonces, como un puente entre pasado y presente, ampliando nuestra comprensión del primer poblamiento de Europa tras la última glaciación.

Para mayor información revise el siguiente enlace:

https://www.roam-ugent.be

https://www.kenniskennis.com

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