El noviazgo es una relación afectiva entre dos personas que se atraen mutuamente. La regulación emocional es un proceso biológico donde el sujeto tiene la capacidad de ejercer un control de sus emociones ante estímulos positivos y negativos. Las funciones biológicas adaptativas de las emociones son señales catalizadoras de las conductas que mejoran la supervivencia. Para Sanmartín, la violencia es cualquier conducta intencional que causa daño psicológico, físico y sexual. Así mismo, la violencia psicológica está presente en las relaciones de pareja sin que estas sean conscientes de su existencia. La violencia se debe a diversas causas y factores culturales, psicológicos y sociales: a) individual: se relaciona con la historia y las características de su desarrollo personal; b) microsistema: se manifiesta por la violencia en la familia, el uso de sustancias psicoactivas, formación académica, falta de regulación emocional; c) exosistema: el trabajo, barrio, la escuela y la comunidad influyen en la persona mediante los factores culturales sexistas y la crianza autoritaria; d) macrosistema: representa los valores, normas sociales, creencias de la sociedad, mitos de la violencia.
Respecto a las causas de violencia, pueden estar en la dificultad para comunicarse, para identificar y formular sus sentimientos, manifestar sus emociones, manejar sus desilusiones y enfrentar los conflictos, lo que conlleva en muchas ocasiones a realizar actos de abuso que causan daño. Por tanto, los jóvenes que no gestionan o regulen adecuadamente sus emociones tienen mayor probabilidad de usar mecanismos inadecuados. En los estudios de la regulación emocional y violencia entre novios, Pérez et al. dan a conocer que los jóvenes hacen uso de la violencia y a la vez son maltratados por su pareja. Al igual que Garrido et al. quienes refieren que la violencia es bidireccional. Mientras que Solís et al. identificaron que a mayor dependencia emocional se intensifica el riesgo de victimización y violencia en la relación de noviazgo.
La región Junín, se encuentra dentro de las 6 primeras con mayor número de casos, el 4,7 % corresponde a la violencia psicológica y física, mientras la violencia sexual aparece con el 4,5 %, a diferencia de otras regiones. Así mismo, el 69,1 % de los casos en algún momento fue víctima de violencia por su pareja, entre edades de 15 y 49 años. Las consecuencias no solo afectan en el momento de su aparición, sino que trasciende en el futuro de su relación. A la vez, la necesidad de prevenir la violencia en la sociedad mediante estrategias de trabajo desde la infancia. Para lo cual, los investigadores Yaki Aparco Osoriose y Ana Barboza Delgado, plantearon como objetivo determinar la relación entre la regulación emocional y violencia entre novios en jóvenes de un instituto superior de Huancayo, Perú.
Se trata de un estudio cuantitativo, no experimental. Se contó con jóvenes que mantienen o estuvieron en una relación de noviazgo entre los 18 y 27 años del Instituto Superior Técnico Privado Eugenio Paccelly de la provincia de Huancayo. La población estuvo conformada por 822 estudiantes y la muestra fue de 262 jóvenes del Instituto.
El estudio posibilitó identificar que el 71 % de los jóvenes presentaban mayor regulación emocional y el 29 % menor regulación emocional. En cuanto a la violencia entre novios, los resultados evidenciaban que el 97,7 % de los jóvenes presentaban violencia en su relación, en un nivel bajo, seguido por el 1,9 % en un nivel moderado y la minoría presenta un nivel de violencia alto en su relación.
Los estudios indicaron que la supresión expresiva es independiente del reporte de violencia en una relación de novios, mientras que la reevaluación cognitiva impacta inversamente sobre los puntajes de violencia entre novios.
Estos hallazgos se respaldan en que la regulación emocional es un predictor de la violencia entre novios; al presentarse la violencia en una relación se manifiestan dificultades en la aceptación emocional, en el control de impulsos y la falta de claridad emocional. Así mismo, estos hallazgos coinciden con el descubrimiento los de Andrade y Redondo, quienes muestran la magnitud del impacto que genera la violencia y la victimización en el bienestar psicológico y en la vida adulta, añadiendo que la violencia en una relación de noviazgo es un predictor del maltrato conyugal. Solís et al. y Yupanqui, identificaron que a mayor dependencia emocional se incrementa la probabilidad de vivenciar violencia en una relación de noviazgo. La violencia suele manifestarse en que la relación familiar es caótica y hay presencia baja de satisfacción vital, siendo el factor predominante el estrés. Por consiguiente, a mayor nivel de regulación emocional en los jóvenes, se aprende a saber reconocer y contar con los recursos necesarios para gestionar las emociones, por lo que menor será la manifestación de la violencia en una relación de noviazgo; de esa manera, permitirá predecir la violencia entre novios y la violencia conyugal. Esto implicaría que los jóvenes requieren de tiempo y discernimiento para mayor conocimiento de la pareja previo a un compromiso formal.
Finalmente, se determinó la relación estadísticamente significativa entre regulación emocional y violencia entre novios en jóvenes: a mayor entre la regulación emocional y la violencia será menor en una relación y los jóvenes tendrán mayor probabilidad de identificar con facilidad los tipos de violencia como: psicológica, física, manipulación y prohibición. Así mismo, se determinó la relación entre reevaluación cognitiva y la violencia entre novios, siendo un factor importante para prevenir la aparición de la violencia; a diferencia de la supresión expresiva donde no se encontró relación
Mayor información de este artículo de investigación en el siguiente enlace.
http://revistas.udh.edu.pe/index.php/RPCS/article/view/505/851