Por Carlos Meléndez
Un equipo internacional de científicos ha logrado reconstruir de forma hiperrealista el rostro de «Juanita», la famosa «Doncella de Hielo Inca», sacrificada hace más de 500 años.
Gracias a técnicas forenses avanzadas y estudios de ADN, científicos de Perú y Polonia presentaron una detallada descripción facial de la momia Juanita, conocida mundialmente como la «Doncella de Hielo Inca». La escultura hiperrealista, que se cree refleja fielmente los rasgos de este joven inca, fue revelada en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica Santa María de Arequipa.
Johan Reinhard, el arqueólogo estadounidense que descubrió a Juanita en 1995 en las alturas del volcán Ampato, expresó su asombro ante la obra: «Pensé que nunca sabría cómo era su cara cuando estaba viva. Ahora, 28 años después, esto se ha hecho realidad», gracias a la reconstrucción de Oscar Nilsson, señaló.
Para lograr esta tarea, el equipo colaboró con Oscar Nilsson, un especialista sueco en reconstrucción facial, quien dedicó cerca de 400 horas de trabajo para modelar un rostro con pómulos marcados, ojos oscuros y piel morena. El proceso comenzó con la obtención de una réplica del cráneo de la momia y posteriormente se utilizaron escáneres corporales, estudios de ADN y otros datos etnológicos para finalizar la reconstrucción.
La historia detrás de Juanita es tan fascinante como trágica. Esta joven inca, que se cree tenía entre 14 y 15 años en el momento de su sacrificio, fue hallada por Reinhard y el montañista peruano Miguel Zárate a una altitud de 6.400 metros. Su cuerpo, congelado y en excelente estado de conservación, estaba rodeado de objetos de cerámica, vestía una túnica ceremonial y portaba un tocado.
Investigaciones anteriores sugieren que la causa de la muerte de Juanita fue un fuerte golpe en la nuca. Los expertos consideran que posiblemente fue drogada y obligada a arrodillarse antes de recibir el golpe mortal, en un acto de sacrificio a los dioses incaicos. Según Reinhard, este tipo de sacrificios no solo era una ofrenda a los dioses, sino también un honor para los padres de la víctima y garantizaba una vida futura de felicidad para la misma.
A lo largo de los años, Juanita ha ofrecido valiosos conocimientos sobre la vida y costumbres del Imperio Inca. Dagmara Socha, bioarqueóloga polaca, destacó que los hallazgos relacionados con la momia han ayudado a comprender mejor la cultura incaica.
Con esta nueva reconstrucción, Juanita no solo cobra vida de nuevo, sino que también permite a las generaciones actuales conectarse de manera más profunda con una civilización que dejó una huella indeleble en la historia de América Latina.
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