La fatiga, la dificultad para respirar y el dolor de espalda o de pecho pueden ser indicadores de una enfermedad mortal.
Artículo publicado en la página de la National Geographic.
Un número sorprendentemente alto de mujeres no son conscientes de ello, pero su mayor riesgo para la salud a los 60 años, son las enfermedades del corazón. Siendo la principal causa de muerte en las mujeres de Estados Unidos, es lógico que muchas recomendaciones se centren en mantener la salud cardiovascular. Aunque las mujeres pueden experimentar el típico dolor torácico asociado a un infarto, tienen más probabilidades que los hombres de experimentar una combinación de síntomas.
A los 65 años, las mujeres de EE. UU. tienen derecho a Medicare (el programa federal de seguro médico financiado por el Gobierno que sustituye a los seguros privados de las personas) y todas las personas de este grupo de edad deberían aprovecharlo. De hecho, Medicare cubre un examen de bienestar cada año. Según Jorge Ruiz, geriatra del Memorial Healthcare System de Hollywood (Florida), en estas revisiones es probable que te hagan pruebas básicas de pérdida de audición y de salud cognitiva, y tu médico revisará qué más puede recomendarte. Pero ten en cuenta, añade Ruiz, que «se tratan de directrices y no deben ser demasiado rígidas, sobre todo a medida que se envejece». Tu proveedor debe ayudarte a considerar los riesgos y beneficios de cualquier prueba de detección para tu estado de salud específico a medida que te acercas a tus años dorados.
Salud cardiovascular, metabólica y cerebral
Casi la mitad de los adultos padecen hipertensión, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados, pero sólo uno de cada cuatro adultos con hipertensión la tiene bajo control. La hipertensión no controlada aumenta considerablemente el riesgo de cardiopatía e ictus, por lo que colaborar con tu médico para mantenerla por debajo de 130/80 es importante para tu salud cardiovascular. Otra razón para cuidar el corazón es el otro órgano por el que la gente empieza a preocuparse a medida que envejece: el cerebro. El riesgo de demencia empieza a aumentar por encima de los 65 años.
Posmenopausia y obstetricia
La edad media de la menopausia son los 51 años, pero los síntomas posmenopáusicos pueden prolongarse hasta los 60 años. Para la mayoría de las mujeres, los beneficios de la terapia hormonal a lo largo de los 50 superan los riesgos, como el aumento del riesgo de hemorragias vaginales, coágulos sanguíneos, ictus, demencia y ciertos cánceres, porque estos riesgos son bajos para las mujeres de este grupo de edad. Pero al llegar a los 60, ese cálculo empieza a cambiar.
«Los estudios han demostrado que es a partir de los 60 años cuando los riesgos empiezan a subir», dice Angela Wilson, ginecóloga obstetra de Montefiore Einstein Advanced Care, en EE. UU. «Si la paciente sigue tomando hormonas de sustitución y se acerca a los 60, es entonces cuando empiezo a intentar reducirlas gradualmente», aunque no es prudente dejar de tomarlas de golpe, añade. Una interrupción repentina puede suponer un shock para el sistema y hacer que reaparezcan los síntomas iniciales.
Aunque muchas mujeres dejan de consultar a su ginecólogo obstetra después de los 65 años, dice Wilson, hay razones para continuar, como el riesgo de prolapso de órganos pélvicos, cuando uno o más órganos pélvicos (como la vagina, la vejiga, el útero, la uretra o el recto) se caen de su posición, a menudo abultándose en la vagina. Hasta la mitad (o más) de las mujeres experimentan prolapso, y el riesgo aumenta con la edad, dando lugar a menudo a incontinencia. En general, la incontinencia urinaria y fecal es más frecuente a partir de los 70 años, pero puede empezar mucho antes, sobre todo en las mujeres que han tenido partos complicados, como un parto vaginal con un bebé grande, o laceraciones de tercer o cuarto grado.
Cribados del cáncer
Como en décadas anteriores, debes continuar con la mayoría de tus revisiones oncológicas, con una excepción: el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU., un panel independiente de expertos que revisa la evidencia sobre la prevención de muchas afecciones de salud, recomienda que las mujeres dejen de someterse a revisiones de cáncer de cuello de útero a los 65 años si se han sometido a las revisiones adecuadas hasta entonces y no tienen un riesgo elevado de padecerlo. Sin embargo, si has tenido una lesión precancerosa, el control debe continuar durante los 20 años siguientes, incluso después de los 65 años. Si tienes un riesgo más elevado de padecer cáncer de cuello uterino, por ejemplo por haber estado expuesta prenatalmente al fármaco dietilestilbestrol, debes comentar las opciones de cribado con tu médico.
Cuidado de la boca, los ojos, los huesos y la piel
A medida que las mujeres envejecen tras la menopausia, empiezan a perder masa muscular y densidad ósea. El ejercicio de fuerza y resistencia puede ayudar a mantener los músculos fuertes, lo que es importante para reducir el riesgo de caídas a medida que se envejece. Para cuidar su salud ósea, el USPSTF recomienda actualmente que las mujeres empiecen a someterse a pruebas de detección de la osteoporosis a los 65 años. Es muy probable que tengas que ponerte unas gafas de lectura a medida que tu vista sufre el deterioro habitual de la edad. Pero hay otras razones para someterse a una revisión oftalmológica cada uno o dos años: el riesgo de glaucoma (una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo) aumenta en las personas mayores de 60 años, sobre todo en las de raza negra, diabéticas o con antecedentes familiares de esta dolencia.
Los cambios hormonales de la menopausia pueden afectar a las encías, y la salud bucal está estrechamente ligada a la salud cardiaca, por lo que hay que mantener las revisiones dentales cada seis meses, dice Julie Kim, dentista de la Universidad de California (EE. UU.).
A medida que las mujeres alcanzan los 60 años y más, notan que su piel se vuelve más fina, seca y propensa a sufrir daños, dice April Armstrong, dermatóloga de la Universidad de California en Los Ángeles. «Necesitan más protección», dice, por ejemplo, estar más atentas a la protección solar, mantenerse bien hidratadas y utilizar protección física durante la práctica de deportes u otras actividades que puedan provocar hematomas o traumatismos cutáneos.
Ponte las vacunas recomendadas
A medida que el cuerpo envejece, también lo hace el sistema inmunitario. A partir de los 60 años, los adultos son más susceptibles a las infecciones y no pueden combatirlas con la misma facilidad que en su juventud. Esto significa que vacunarse según las recomendaciones de los CDC es más importante que nunca. Incluso si en el pasado te saltaste la vacuna contra la gripe estacional o la vacuna anual COVID, ahora es el momento de empezar a convertir esas vacunas en un hábito anual.
Este artículo de investigación fue publicado en la página de la National Geographic el 5 de junio del 2024.
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